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12/27/2020

TRUETA a "El exilio científico republicano", de Barona (ed.)

 Extractes de Josep Lluís Barona Vilar (ed.)(2010). El exilio científico republicano. Universitat de València.  

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(a) Àlvar Martínez Vidal i Emma Sallent del Colombo (2010). "Entre el éxodo y la diáspora: Albert Folch i Pi, Joaquín d'Harcourt y la tentaiva de restitutción de la Escuela Biológica Catalana en Francia (1939-1941). A Barona (2020); 137-156.

p. 147 

[Las] numerosas traducciones [de Albert Folch] son modélicas "por su lenguaje científico correctamente castellano". Giral añade un interesante apunte acerca del paso de Folch por Francia, relativo a la publicación "en revistas inglesas y francesas de algunas de sus experiencias médicos de la guerra, junto con otros médicos catalanes". Se trataba, según Giral, de una revisión de sus resultados obtenidos "con el método original del Dr. Trueta que tanta resonancia mundial alcanzó después".

 ...

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    Puche i Manaut amplia significativamente la información que Giral ofrece acerca de las publicaciones de Albert Folch en su etapa francesa, los tres años que median entre el invierno de 1939 y el de 1942. Así, refiere una docena de artículos que, en su mayoría, recogen las experiencias médicas de Folch durante la Guerra Civil, y comenta algunos de ellos, en especial los concernientes al denominado "método 'Trueta". Según Piche i Manaut, este método había sido descrito por Orr, y perfeccionado por Bastos y [...] d'Harcourt durante la guerra española. Folch lo estudió, y lo sistematizó en el bando republicano". 

     Una década más tarde, Francisco Guerra, en La medicina en el exílio republicano sintetiza las aportaciones de Giral y las de Piche i Manaut en el artículo biográfico que le dedica. Siguiendo a uno y a otro, alude a la cura oclusiva de las heridas de guerra, desarrollada por Folch y d'Harcourt; en otro lugar de su obra, apunta que esta técnica fue "introducido como procedimiento modelo de

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tratamiento de modo independiente por J. d'Harcourt en la Sanidad Militar por Trueta en la Sanidad Civil".

     Sobre Joaquín d'Harcourt se sabe que durante la Guerra Civil fue teniente coronel médico y Jefe de los Servicios Quirúrgicos del Ejército Republicano, y que había sido discípulo y colaborador en Madrid, pero también en la campaña de África, del cirujano militar Manuel Bastos Ansart (1887-1973). En 1935, a raíz de su experiencia en el tratamiento de los mineros sublevados en Asturias, d'Harcourt introdujo el método de la cura oclusiva para el tratamiento de las heridas con fracturas abiertas, un método que sería utilizado sistemáticamente por Josep Trueta en la asistencia a las víctimas civiles de los bombardeos de Barcelona. Exiliado en México, trabajó de cirujano en la "Benéfica Hispana" y fue profesor en la Escuela Médico Militar y en la UNAM; allí fundó el Ateneo Español, del que fue su presidente en el período comprendido entre 1949 y 1968.

 

(2) Jaume Claret Miranda (2010). "El legado de la Univrersitat de Barcelona autónoma", a Barona (2010): 233-248.

p. 243: 

[Margarida Comas Camps] no sería la única docente que desarrollará una carrera científica a altísimo nivel. Sin movernos de Gran Bretaña, hallamos la figura del doctor Josep Trueta. Éste hizo valer sus conocimientos sobre el tratamiento quirúrgico de las heridas de guerra, justo cuando Londres sufría los primeros bombardeos de la aviación nazi. Su experiencia y su trabajo le permitieron superar las trabas administrativas -su título no estaba homologado- y ejercer la cirugía y la enseñanza como catedrático y director de la clínica ortopédica de la Universidad de Oxford hasta su jubilación.



Alfons Zarzoso (2010) "Sobrevivir en Inglaterra. El exilio eclipsado del cirujano Pere Gabarró". A Barona (2010): 263-284.

p. 265-266

     El exilio médico catalán en Inglaterra estuvo formado por al menos siete individuos: Josep Trueta Raspall, Frederic Duran Jordà, Jaume Elias Cornet, Jaume Raventós Pijoan, Coello, Pere Gabarró y Pere Voltó Cubells. La historia de la mayor parte de aquellos médicos ha permanecido en la penumbra, eclipsada por el triunfo de Josep Trueta en Inglaterra.

      El exilio de la excelencia y las características del país de recepción donde el exiliado ha triunfado parece que podrían haber condicionado una imagen histórica, y también historiográfica, de los exiliados, de sus trayectorias, de la remisión a la penumbra e incluso del tránsito al anonimato de buena parte de aquéllos. En este sentido, la figura de Trueta, ligada a una trayectoria de éxito profesional y de reivindicación nacionalista catalana, resplandeció de tal manera ante sus coetáneos que su uso y llamada sistemática le convirtieron en un faro, en particular del mundo del exilio, hasta eI punto de eclipsar la existencia de otros exiliados en la propia Inglaterra. Trueta llegó a Inglaterra en condiciones adversas y tuvo que defender en diversos foros médicos su contribución al llamado método cerrado de curación de las fracturas abiertas y las ventajas de éste en aquella coyuntura. A pesar de las dificultades, esto le permitió conseguir un lugar de trabajo en Oxford, donde pudo consolidarse durante la guerra y desarrollar un programa de cirugía experimental tal que le permitió un posterior deslizamiento profesional hacia el campo de la circulación renal, que resultó fundamental en su carrera, así como en el ámbito de la cirugía ortopédica. La cátedra en Oxford, donde pudo consolidarse durante la guerra y desarrollar un programa de cirugía experimental que le permitió un posterior deslizamiento profesional hacía el campo de la circulación renal, que resultó fundamental en su carrera, así como en el ámbito de la cirugía ortopédico. La carrera en Oxford y un cursus honorum de excelencia proyectaron la imagen de un triunfo desarrollado en Inglaterra, uno de los principales centros de refe-rencia en la producción de conocimiento científico a nivel internacional. La publicación de The Spirit of Catalonia por parte de Trueta en 1946 supuso, a su vez, no sólo su consolidación definitiva en la elite cultural catalana en el exilio sino también su incorporación a los referentes de la lucha, a partir de los parámetros históricos proporcionados por la tradición institucional catalana, por la democracia y su restablecimiento en España.

     Las condiciones de vida y de trabajo del exilio médico en Inglaterra fueron tan duras como las de cualquier otro o país de recepción de los exiliados españoles. Para el caso inglés, el propio Trueta describió esta peripecia en sus memorias. El recuerdo histórico de este hecho, sin embargo, ha sido desigual. Los colegas médicos catalanes exiliados también en Inglaterra apenas tienen lugar en las memorias de Trueta: tan sólo Duran Jordà es mencionado en dos ocasiones. El eclipse perdura y, a falta de una investigación más temática resulta difícil extraer del anonimato al resto de médicos exiliados en Inglaterra.



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