Cartas a Amaia 1

Prejuicios y estereotipos 

Querida Amaia,
Qué gusto ponerme en contacto contigo después de tantos, tantos años.
Me pides información sobre el conflicto político en Cataluña, y mi opinión al respecto. Te agradezco que hagas esta matiz: muchos medios de comunicación -y no sólo los que tienen sede en Madrid- mezclan información y opinión de forma, para mi, de forma indigna.
Lo primero que te quiero comentar es que por tus preguntas parece que te han llegado muchas informaciones manipuladas, semiverdades y simplemente mentiras inventadas. No me extraña. Hace años que en Cataluña observamos atónitos como se tergiversa nuestra realidad. Lo hacen incluso gente que vive lejos de aquí, que no han pisado suelo catalán y que a base de fabricaciones que se han creído, montan en cólera.
Si fueran ciertas, yo también estaría sacando metafóricamente el brillo a mi escopeta (que no tengo: y que conste que desde mi años adolescentes no he vuelto a disparar contra ningún pájaro... ni he pensado nunca más disparar contra ningún otro blanco!). Las mentiras -y más si son repetidas- se nos meten en la cabeza se convierten en vértices de nuestro pensamiento, incluso el pensamiento lógico.
También es cierto que hay unos prejuicios atávicos contra los catalanes, por lo menos desde la guerra de los segadores en pleno siglo XVII. Y que no hay nada más eficaz que un estereotipo negativo para selectivamente escuchar e interiorizar lo que nos interessa sobre aquel grupo. No es un invento mío: en Cataluña se habla mucho de la "catalanofobia".
Pero no es solo fuera de Cataluña. Dentro, también, hay partidos enteros que se han creado para mantener la supremacia de lo castellano en mi país. Que luchan contra toda pretensión de que los atributos milenarios del pueblo catalán -no sólo la lengua, aunque la lengua es lo más visible y, quizá, profundo- vuelvan a ocupar su lugar preeminente en la sociedad. Que si mandaran acoplarían la legislación y las políticas en Cataluña a lo que se manda en y desde Madrid (tu ya sabes, Amaia, que no me refiero a la ciudad y sus ciudadanos, sino al poder económico, financiero, mediático y político que unos centenares de familias ostentan, con apoyos leales, desde hace tiempo, incluso desde antes de la rebelión franquista en muchos casos).
Bueno, me has pedido que te haga crónicas cortas, ¡porque sigues tan activa y ajetreada como antaño! Así que, por hoy, termino y te envío un fuerte abrazo.

Palamós, 22 de marzo de 2017

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