Referències a «nacionalismo exacerbado» al Parlament Europeu (cerca: 10 de novembre de 2017)
Lunes 13 de marzo de 2000 – Estrasburgo
Guterres António, Consejo. - (PT)
Y una de las cosas que la Presidencia portuguesa ha garantizado es la plena participación de Austria en el funcionamiento de TODAS las instituciones de la Unión. Lo que no impide al Gobierno portugués, como seguramente muchos otros gobiernos de Europa, llevar a cabo no una lucha contra un país, sino una lucha en defensa de principios y valores. Y, curiosamente, principios y valores que existen incluso antes de que existieran movimientos políticos como los socialdemócratas o los demócratas cristianos. Hablo de principios y valores que son los del "siglo de las luces", como la afirmación de la primacía de la razón. Porque, si las sociedades modernas tienen hoy un enemigo, es la irracionalidad en los comportamientos políticos. Y a esa irracionalidad se la puede llamar populismo político o nacionalismo exacerbado o fundamentalismo religioso o racismo o xenofobia. Ésa es una cuestión fundamental: sin la afirmación de esos valores, podría haber economía, podría haber empleo, lo que no habría sería Europa.
Lunes 3 de julio de 2000 - Estrasburgo
Guterres, Consejo. - (PT)
Citemos también la problemática del espacio de ciudadanía, ciudadanía en el desarrollo del tercer pilar, a raíz de la Cumbre de Tampere, en el nivel de la estrategia contra la droga, de la dimensión exterior del tercer pilar (y se trata en este caso de cuestiones de la mayor importancia, como, en particular, la de la inmigración, pilar fundamental del desarrollo de nuestra relación con el exterior y de nuestro propio análisis de nuestras sociedades en los próximos años), pero permítanme que subraye la labor en curso sobre la Carta de Derechos Fundamentales, dado que dicha Carta representa un momento esencial de afirmación de la ciudadanía europea, una ciudadanía que quisiera que todos viéramos a la luz del "siglo de las luces". Es decir, de los valores de la racionalidad política contra todas las formas de populismo político, nacionalismo exacerbado, fundamentalismo religioso o manifestaciones de xenofobia o racismo. A esa luz tiene sentido el surgimiento de una ciudadanía europea, en esa línea tiene sentido afirmar el proyecto civilizacional europeo.
Jueves 7 de septiembre de 2000 – Estrasburgo
Roure (PSE ). - (FR)
Todos reconocemos que el deporte es un instrumento extraordinario de cohesión de los pueblos y de acceso a la ciudadanía. Aun así, sabemos también que el deporte puede ir acompañado a veces de violencias inauditas, de la expresión de un racismo abominable o de un inaceptable nacionalismo exacerbado.
Lunes 2 de octubre de 2000 – Estrasburgo
Ortuondo Larrea (Verts/ALE )
Señora Presidenta, muchas gracias por darme el último la palabra a pesar de haber sido el primer diputado en pedirla.
Quiero, en primer lugar, felicitarle a usted por la declaración que nos ha hecho en relación con los tristes sucesos que están acaeciendo en Jerusalén. No puedo decir lo mismo de las manifestaciones que usted ha hecho a la prensa española con ocasión de su reciente visita a Madrid, en las que ha manifestado que los nacionalismos son la guerra. Por mucho que esta opinión suya haya sido compartida por el difunto Sr. Mitterrand, yo creo que es más cerrada e intolerante que abierta y democrática. Utilizando la expresión del propio diccionario de la lengua de la Real Academia Española: "nación es el conjunto de personas de un mismo origen que hablan un mismo idioma, tienen una tradición común, un mismo territorio y la conciencia de un mismo destino", y define este mismo diccionario el nacionalismo como "el apego de los naturales de una nación a ella", y no hay cosa más natural, más humana, más próxima a los ciudadanos que el apego a su propia nación.
Señora Presidenta, yo tengo que reconocer que hay nacionalismos exacerbados, hay nacionalismos extremistas y hay nacionalismos violentos. Pero no se puede meter a todos los nacionalismos en la misma cesta. Hay más de cien pueblos históricos en Europa que cumplen la condición de ser una nación, y hay millones de personas en Europa que son nacionalistas y que tienen apego a su nación. Y nacionalismo también es el apego y la defensa del Estado nación.
Señora Presidenta, yo le pido respeto para los nacionalistas que estamos en esta Asamblea, que somos moderados, pacíficos y democráticos. Le pido respeto para los pueblos históricos de Europa y le pido respeto para los cientos de millones de europeos que se consideran nacionalistas democrática y pacíficamente.
Lunes 2 de octubre de 2000 – Estrasburgo
Vidal-Quadras Roca (PPE-DE ).
Señora Presidenta, me complace informar a la Asamblea de que, junto con los otros dos Vicepresidentes españoles de este Parlamento, tuve el honor y el privilegio de acompañar a la Sra. Fontaine en su visita a España y ser testigo emocionado de su compromiso valiente, firme, ejemplar con la democracia y con los valores que esta Asamblea defiende.
La Sra. Fontaine, cuando pronunció la frase a la que ha aludido el Sr. Ortuondo, hablaba de los nacionalismos excluyentes, reduccionistas y xenófobos, de aquellos nacionalismos que ponen, por encima del principio democrático, la raza, el territorio o la sangre. A eso se refería la Sra. Fontaine porque, como les digo, fui testigo en todo momento de esa visita. Si el Sr. Ortuondo, como nacionalista, no forma parte de este tipo de nacionalismos no tiene por qué preocuparse.
Miércoles 20 de junio de 2007 – Estrasburgo
Justas Vincas Paleckis (PSE ). – (LT)
Señor Presidente, felicito a la autora del informe, señora Roure, por su valor y quiero elogiar de manera especial a Alemania, que declaró como una prioridad de su Presidencia la adopción de una resolución sobre la lucha contra el racismo y la xenofobia. La idea de la Unión Europea se basa en la tolerancia, la confianza y la coexistencia pacífica de las naciones. Por desgracia, el número de ataques racistas y xenófobos no ha disminuido en los últimos tiempos sino que, por el contrario, se aproxima a los diez millones anuales. No solo los partidos extremistas utilizan elementos racistas, xenófobos y antisemitas; incluso los partidos más estables con una afiliación masiva y sus dirigentes no los rehuyen.También en esta Cámara y en algunos Parlamentos nacionales no es infrecuente escuchar discursos impregnados de nacionalismo exacerbado y xenofobia.
Miércoles 24 de septiembre de 2008 - Bruselas
Su Santidad, el Patriarca Ecuménico Bartolomé I.
Una de las responsabilidades clave era llevar el mensaje de redención del Evangelio más allá del Imperio romano. En los días anteriores a la época de las expediciones, la mayoría de las civilizaciones percibían el mundo como «dentro de» y «fuera de». El mundo estaba dividido en dos sectores: un hemisferio de civilización y un hemisferio de barbarie. En esta historia, contemplamos las dolorosas consecuencias de la alienación de los seres humanos.
Hoy, con los medios tecnológicos para trascender el horizonte de nuestro propio conocimiento cultural, debemos, no obstante, seguir presenciando los terribles efectos de la fragmentación humana. El tribalismo, el fundamentalismo, y el filetismo –que es un nacionalismo exacerbado que no tiene en cuenta los derechos de los demás– contribuyen a la continua lista de atrocidades que nos hacen reflexionar sobre si realmente somos tan civilizados.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada